21 marzo 2008

Por fin jugamos en Lizaso

El lunes marchamos a Pamplona mis hijos y yo (la mujer, pobre, se quedó en BCN trabajando). El resumen de los tres días es simple: increíble. El lunes llegamos a Pamplona cansados del viaje, pero por la tarda ya nos fuimos a conocer el casco viejo de Iruña, de pinchos, y nos fuimos a cenar prontito porque al día siguiente íbamos a Lizaso a jugar al par 3.


Fue la única frustración. El martes amaneció nublado y chispeando gotas, pero aún así nos acercamos a Lizaso. llegamos allí, descargamos los palos y... ¡no había nadie en recepción!. Decidimos esperar un rato, 20 minutos, media hora, nos vamos al putting green a practicar... pero por allí no aparecía nadie. Sólo había un letrero con dos números de móvil, a los que llamé sin obtener respuesta. Total, que nos fuimos y pusimos rumbo a Donostia.

Por la tarde pasamos por la misma carretera de Lizaso, y a eso de las 17 h. llegamos al par 3... ¡y ahora sí estaba el encargado! Lógicamente, decidimos jugar. Le explicamos al caballero (del cual desconozco su nombre, pero era muy amable) que habíamos ido por la mañana y no había nadie. Nos dio su explicación y nos dejó jugar 9 hoyos bajo una lluvia finísima a muy buen precio. El resultado era lo de menos (me ganó mi hijo por 4 golpes, grrr) y mi hija decidió no jugar por el mal tiempo. Como premio a su victoria, le regalaron a Sergi una bola con el logo de Lizaso.

Por fin habíamos podido jugar en Lizaso, que era nuestro objetivo. Ahora sólo nos queda da las gracias a la gente de Lizaso por el buen trato que nos dispensaron y espero volver algún día por allí porque la verdad, nos gustó mucho.

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