21 diciembre 2005

Jugar con fuego


Los tres detenidos acusados de quemar y matar a una indigente en la zona alta de Barcelona dicen que "sólo jugábamos; se nos fue la mano". Y claro, ahora se conformarían con recibir una bofetada o un cachete en el culo. La intolerancia crece por momentos y, por mucho que ahora se arrepientan, ya es tarde. Los asesinos deben tener su castigo

De la misma manera que estos tres jóvenes quemaron y mataron a una indigente, también podían haber llevado una motocicleta y saltarse los semáforos en rojo. Son los niños de papá, incontrolados por sus progenitores, infantiles de pensamiento pero con una fuerza descomunal.

Lo pasado en Barcelona es una más. Y volverá a pasar porque nadie pone coto a esta delincuencia absurda y barata. Si al menos hubiera sido por robarle algo de dinero... Pero no tienen ni esa excusa. "Lo hicimos por diversión". Y se quedan tan anchos. Eso sí, en comisaría, lloros, lamentos. Y sus padres, perplejos por lo que acababan de oír de boca de sus hijos.

"Si les damos de todo, no se pueden quejar. ¿En qué hemos fallado?". Lamentablemente, estas frases son cada día las protagonistas de una triste historia. Es como los que se saltan los rojos en los semáforos. Cuando hay un accidente, un familiar se hace cruces: "Pero si es un chico normal, obediente. Mi hijo no ha podido ser, debe ser un error", etc.

Cuando la tragedia llama a tu puerta, creételo. Nuestra labor de padres, además de educar, es proteger a nuestros hijos. Yo sigo diciendo que el alcohol y las drogas matan y hacen matar.

Lo lamento por sus familias. Seguramente no se merecen pasar por un momento como éste, pero los tres asesinos deben pagar por lo que han hecho porque a la pobre indigente ya nadie le devolverá la vida, que es lo más sagrado que tenemos.

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