I love pitch & putt

Ayer me di cuenta de mis limitaciones físicas. Jugué a golf por primera vez en mi vida. Sí, ya sé que yo le doy a la bolita, si, pero nunca lo había hecho en un campo de golf de verdad, de los de categoría. Aguanté cinco hoyos, cinco. No podía más y les dije a mis compañeros de juego, Miquel Sanuy y Pep Gual, dos hombres con una gran paciencia, que yo no seguía. Me quedo con el pitch & putt, que es el juego corto del golf, es decir, las distancias son mucho más pequeñas, todos los campos son par 3 y también se camina.
No creo que vuelva a jugar a golf -el grande se entiende- en los próximos meses. El hecho de jugar con maderas no me va. Lo reconozco, ayer me sentí incómodo, pero lo que me hizo claudicar fue el cuello. Con el pitch & putt no se mueve tanto el cuerpo que con el golf. Y ayer empecé a notar molestias en las cervicales por los zambombazos que daba con la madera. Por eso yo me decanto por el pitch & putt. También va más con mi filosofía, no es tan elitista y he hecho grandes amigos, los del equipo de la escuela de Badalona, Pares, amistades que espero se refuercen semana a semana.