30 noviembre 2006

Época de aguinaldos


Me acuerdo que cuando un servidor era muy joven esperaba con impaciencia la llegada de la Navidad. Más que nada por las vacaciones del colegio, claro, pero también por los regalos que nos hacíamos entre nosotros. Se solía hacer un pequeño lote de productos que luego dejábamos a los pies del urbano que controlaba el cruce de Marina con Valencia. A casa venían el farolero, el cartero, el sereno, el basurero... todos pidiendo el aguinaldo; mi casa se llenaba de cestas y lotes de todas clases. Hasta un canario nos llegaron a regalar.

Ahora, todo esto se ha perdido. Los tiempos cambian que es una barbaridad, como decía aquel. De lo poco que se conserva en estas fechas son las vacaciones escolares, las comidas en casa de familiares, el lote que te da tu empresa y la paga doble de Navidad, quizá lo más importante de todo. Poderoso caballero es don dinero. Estoy de acuerdo

Un empresario británico ha querido alegrar la Navidad a sus ya ex empleados. John Caudwell se acaba de jubilar. Es millonario y suya era la empresa Phones4U. Digo era porque, según El Periódico de Catalunya, la ha vendido por 2.165 millones de euros. Para celebrar su jubilación y la venta, convocó a sus empleados a una cena y, como premio de fidelidad, repartió dinero. El que menos se llevó cogió un cheque de 7.500 euros y, el que más, de 22.000.

¿Aquí a nadie se le ha ocurrido dar un aguinaldo así, por sorpresa? No hablo de dar tanto dinero, no, pero un 'pellizquito', aunque sean 1.000 euros. Eso sí que serían Navidades.

No hay comentarios: