04 diciembre 2006

Contrastes del fin de semana


El fin de semana se me presentaba realmente excitante. Con sábado y domingo de fiesta, me las prometía muy felices. Iba a ver la última peli de James Bond, cena en familia y, el domingo, a jugar a golf con mis amigos. El contraste es que sólo pude festejar un día, porque el viernes por la noche lo pasé realmente fatal.

Así que la jornada sabatina me la pasé en casita, sin James Bond, casi sin salir de la cama y sin comer, algo que me iba a ir muy bien dada mi fisonomía. La madrugada fue mucho mejor y, el domingo, al golf.

Me lo pasé de miedo en Sant Cebrià jugando con mi hijo Sergi y con Mingo y Ana, Joan y Helena y Xavi y Ander. Fue como un 'padres e hijos' pero en familia. El resultado era lo de menos (nosotros, los últimos, para variar, jajaja).Mientras, las madres, haciendo lo suyo: darle al pico y tomando el sol.

Luego, como está mandado, un buen ágape en un restaurante cercano. La verdad, quedamos tan contentos que ya hablamos de repetir experiencia e, incluso, de hacer este tipo de salidas una vez al mes. Ojalá sea así porque, egoistamente, me fue de fábula.
Además, uno recibe la 'agradable' noticia de que al dictador Pinochet le ha dado un 'telele'. A ver si 'el' de arriba es justo y se lo lleva de una vez. Entonces sólo quedará uno en la tierra, el del 'cubata'.

Ya véis, la vida es todo un contraste. Un día estás que te mueres, no comes, no duermes y, en 24 horas, el cuerpo cambia el 'chip' y hasta el color de las cosas.

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