14 diciembre 2006

Mi blog insolidario

Esto de tener un blog personal al que todo el mundo puede acceder tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Desde luego, cuando yo decidí crearlo para que el resto de mortales humanoides lo leyera era con firme intención de dar a conocer mis inquietudes, preocupaciones, alegrías, etc. Lo que desconocía entonces era que las críticas llueven sobre uno cual aguacero primaveral.

Sin embargo, todas esas críticas que he recibido, bien por comentarios recibidos aquí mismo como por e-mail, y algunos 'cachondeítos' que corren en mi entorno no hacen más que reforzar mis ideas. Si digo que soy apolítico, pues soy de derechas (aunque para los de derechas, eso es sinónimo de ser de izquierdas); si digo que mi patria es mi casa y mi bandera, el mantel, soy insolidario; si digo que la ley electoral catalana es injusta, pues no entiendo de política. Y si a eso le añado esas voces y comentarios que dicen que si voy detrás de las mujeres, que no tengo ni pajotera idea de fútbol y que me dedique a trabajar más y mejor, pues ya véis qué satisfacción me queda: prácticamente nula.

Menos mal que entre toda esa chusminilla que corre por ahí hay mezcladas gentes de buen corazón que, al fin y al cabo, son los que me interesan más porque prácticamente los considero como mi segunda familia (la primera es, obviamente, la que está bajo el techo de mi hogar. Lo digo por si algún 'cortito' que me lee aquí no lo entiende).

Pero de todo eso que dicen por ahí, y que algo de éllo ha quedado grabado en el lenguaje binario de mi ordenador, lo más sorprendente que me han dicho es que no soy solidario. He creído oportuno escribirlo aquí porque los que me conocen saben de verdad cómo soy, y los que no me conocen no tienen argumentos para afirmar nada. A saber: he apadrinado a niños del tercer mundo; he enseñado y ayudado a chavales con escasos recursos económicos; hasta enseñé a leer a un compañero de mili que era analfabeto y he vibrado con el equipo de basket de la escuela de mis hijos a pesar del palizón que estaba recibiendo. Eso es ser insolidario, según un 'anónimo' que podéis leer por aquí. Lo que pasa es que las verdades ofenden, y yo tengo la irritante manía de explicar las cosas como las veo y las siento.

Y ya no tengo nada más qué decir sobre este tema. Sólo quería dejar clara una pequeñísima parte de mi vida para, al menos, defenderme de ciertas acusaciones.

Por cierto, yo voy a seguir teniendo este modesto espacio cibernauta para explicar mis aventuras y desventuras de la vida, más que le pese a alguien 'anónimo'.

Una vez más, gracias a todos los que me leen, para bien y para mal.

No hay comentarios: