14 diciembre 2006

Los okupas de Can Ricart


Los okupas vuelven a la carga, mejor dicho, los anti-okupas. En Barcelona, ayer se desalojó la vieja fábrica de Can Ricart, en el popular barrio de Poblenou. Los okupas procedían de otra nave desalojada hace unas semanas, la Makabra. Yo, ni me congratulo de ello, pero tampoco me da pena. Me explico.

Está claro que el colectivo okupa tiene una cultura propia que se basa en ocupar fábricas o domicilios vacíos, aunque con propietarios. Entiendo que esa gente se busque la vida, y más ahora, con lo cara que está, para vivir bajo techo, pero creo que hay otras alternativas.

Legalmente, una 'okupación' es un allanamiento de morada, o al menos, así me lo parece. Sin embargo, los okupas acostumbran a ser pacíficos (hay excepciones), van 'a su rollo' y suelen vivir de propinas, limosnas o donaciones. Mi punto de vista es que el ayuntamiento de Barcelona debería reubicar a este colectivo de alguna manera legal. No molestan, pero no pueden vivir así, aprovechando edificios deshabitados. Y luego está la desproporcional actuación de la Policía, ¡Qué no son delincuentes!

Más le valdría al señor alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que se preocupara de otros temas más espinosos y urgentes, como los ciclistas que se saltan los rojos (cada vez hay más y encima te miran mal si les reprochas su actitud), los que venden droga a las puertas de los colegios o el auge de la delincuencia en la Ciudad Condal.

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