26 noviembre 2005

Barcelonadown


La ciudad de Barcelona está registrando su peor cota de popularidad de los últimos 10 años. La crisis del Carmel, las zonas verdes de aparcamiento y, sobre todo, la inmigración, han provocado esta situación. Su alcalde, Joan Clos, está asimismo bajando enteros día a día y sólo se salvan dos de sus socios de gobierno, Pere Portabella e Imma Mayol. Queremos soluciones

Barcelona ya no es la que era hace 10 años. Los Juegos Olímpicos abrieron un horizonte muy despejado, con un futuro muy prometedor, pero Joan Clos, su alcalde, se ha ganado a pulso un descrédito que puede pasar factura muy pronto. Ahora, los ciudadanos de Barcelona ven más problemas que cosas buenas. Por algo será.

Hay tres causas que han sido determinantes. La crisis del Carmel, cuando se hundieron algunas viviendas por la construcción de una línea de Metro, fue el detonante de la mala gestión del consistorio. Por cierto, eso sigue sin arreglarse y muchos vecinos pasarán las Navidades fuera de sus casas. Las zonas verdes de aparcamiento también son creación de Joan Clos. Tiene a todo el mundo en contra, peatones, comerciantes... pero no tiene intención de quitarlas. Al revés, quiere que toda la ciudad sea 'verde'. La medida, en sí, no es mala, pero, señor Clos, a cambio PONGA MÁS TRANSPORTE PÚBLICO SI NO QUIERE QUE LOS CIUDADANOS COJAN EL COCHE. Por cierto, al menos que los buses sean puntuales. Por último, la inmigración. Cada vez somos más en la ciudad. Al venir de sitios lejanos o tropicales, traen nuevas enfermedades (¿les suena de algo el mosquito tigre?; se han creado bandas de latin kings; prolifera el 'top manta', etc. Todo ello gracias a Joan Clos, que ya habla que estos problemas son de 'globalización'. A eso se le llama racismo, pero queda mejor decir globalización.

A ver qué soluciones aporta el alcalde socialista, porque los ciudadanos de Barcelona (que no los inmigrantes) ya pagamos muchos impuestos, incluido el de la zona verde (es curioso, impuesto de circulación y zonas verdes. Pagamos dos veces). Y los vecinos del Carmel quisieran pasar estas fiestas navideñas en sus hogares, no viviendo de prestado. Como en una canción de Juan Luis Guerra, Barcelona está más 'down' que nunca.