13 diciembre 2005

Síndrome prenavideño


Las fiestas de Navidad tienen que ser alegres, divertidas, pasarlas en familia. Poca cosa puedo hacer de todo eso. Para mi no son alegres, no son divertidas y tampoco las paso con toda la familia. Pero hay quien está peor que yo: no tienen a nadie, de verdad. Para mi, estas fiestas son poca cosa, pero mucho consumismo

Nunca me han gustado las Navidades. Ni de pequeño. Sólo esperaba con especial atención la llegada de los Reyes Magos. El resto de las vacaciones del colegio me las pasaba estudiando lo que me habían mandado (siempre iba rezagado) y ayudando a mi madre a hacer la compra. Mi padre trabajaba todo el día y, cuando llegaba a casa, se estiraba en la cama, se levantaba para cenar, y a dormir otra vez.

Ahora, poco han cambiado para mi estas fiestas. Tengo el síndrome prenavideño: bajada de moral, depresión, sentir soledad... Y no soy el único. Hay más gente, y cada año más, que tiene esos mismos síntomas. Si no fuera por mis pequeños...

Eso sí, de consumismo hay toneladas. Regalos, detallitos, comida megacara (¿por qué subirá todo de precio en estas fechas?). Pero hay que hacer de tripas corazón y seguir adelante, aunque sea disimulando, sobre todo el día que te viene toda la familia a casa a comer. Claro que a la mía sólo vienen los suegros y mis cuñados. Aún tengo suerte. Mi hermano vive lejos de Barcelona y, además, tengo la fortuna de que no nos hablamos.

¿Y lo de adornar la casa? El árbol, el belén... Cada año la misma cantinela: ¿De qué color adornamos el árbol este año? Tengo bolas plateadas, doradas, azules, rojas... Como para hacer 5 árboles, vamos.

En fin. Hay que 'tragar' y tirar del carro como si no pasara nada. Bueno, sí pasa: la cuenta corriente 'desaparece'. Y la moral aún baja más.

No hay comentarios: