Ausencia justificada

Hola de nuevo a todos los golfistas bloggeros.

Antes que nada quiero disculparme por estar tanto tiempo sin escribir. He tenido -y sigo teniendo- una serie de dificultades de diferente índole y que no vale la pena comentar por aquí. Gracias a Dios las cosas se van arreglando aunque hay un par que se resisten y estoy en esa lucha. Una la quiero vencer cuánto antes, y creo que voy ganando claramente, aunque todavía me falta tiempo para dejar KO a mi rival. La otra guerra en la que estoy metido es más complicada, pues prácticamente no puedo hacer nada. Sé que va a ser difícil, seguramente larga, muy larga y lo peor es que sé cuál va a ser el resultado final, pero no hablo de mí, sino de otro ser humano, noble, trabajador, justo, gran persona, con un enorme corazón y, para mí, el mejor del mundo. Gracias a él estoy aquí dando la murga a los demás desde hace cuarenta y pico años. Si alguien tiene un ápice de sentimiento y sentido común ya sabrá de quién hablo.

Estoy en una fase de reposo prescrito por médicos. Lo de la vesícula ya pasó, pero mi hígado habrá cogido celos y también busca protagonismo. No sé cuánto tiempo estaré así, pero confío que poco. Lógicamente, los palos de golf están ahí, sin usar, guardaditos en su bolsa porque no puedo hacer esfuerzos, aunque sí que me gusta -y además el médico me lo recomienda- seguir a mis hijos cuando juegan un torneo de p&p o golf o ver cómo tiran bolas. ¡Qué envidia me dan los dos!

Cuando tenga más ánimos iré añadiendo articulitos por aquí, pero para volver a coger el hilo del blog creo que con lo que acabo de escribir ya es suficiente. Además, cuando escribo estas líneas, las primeras en mucho tiempo, ya es madrugada, pero no tengo sueño, pues me he pasado la tarde siguiendo la recomendación del digestólogo: reposo y más reposo.

Por si pasa más tiempo sin conectarme a refrescar el blog, que todos paséis unas maravillosas fiestas navideñas y una mejor entrada de año, que el 2009 va a ser durillo.

Salud para todos